CAPITULO 41:
TRAS LA ÚLTIMA PISTA.
No había duda
ni elección posible decidieron que seguirían al falso sordomudo solo el los
podía llevar a desenredar la madeja, usaron un camuflaje perfecto de niños
de la calle zapatos prendas obsoletas greñas alborotadas y
algún tizne en las mejillas al cabo de una hora de marcha estaban en
una empinada calle de la candelaria el letrero de la esquina
decía calle de la cajita de agua frente al numero 12
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